jueves, 6 de enero de 2011

A veces cuando tienes que decir algo, cuando realmente es tu oportunidad, cuando tienes que hablar; te quedas callado, no te salen las palabras, es como si por un momento todos tus sentidos, todos tus órganos se parasen, como si tu corazón dejase de latir por un instante, un segundo, una milésima de segundo. Pero eso es suficiente para cometer otro error. Te quedas pensando en por qué te ocurre, pero la pregunta no es esa. La pregunta es: ¿Por qué solo con él?

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