Cierto día de verano estaba en la playa observando a dos niños brincando en la arena, estaban trabajando mucho construyendo un castillo de arena con torres, pasadizos ocultos y puentes. Cuando estaban acabando, llegó una ola que redujo el castillo a un montón de arena y espuma... pensé que después de tanto esfuerzo los niños comenzarían a llorar, pero en vez de eso, corrieron por la playa riendo y jugando y comenzaron a construir otro castillo. Comprendí que había aprendido una gran lección; gastamos demasiado tiempo de nuestra vida construyendo alguna cosa, pero cuando menos te lo esperas, una ola lo destruye todo, y solo permanecen la amistad, el amor, el cariño y las manos de aquellos que son capaces de hacernos sonreír.
:)
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