domingo, 23 de enero de 2011

Cierto día de verano estaba en la playa observando a dos niños brincando en la arena, estaban trabajando mucho construyendo un castillo de arena con torres, pasadizos ocultos y puentes. Cuando estaban acabando, llegó una ola que redujo el castillo a un montón de arena y espuma... pensé que después de tanto esfuerzo los niños comenzarían a llorar, pero en vez de eso, corrieron por la playa riendo y jugando y comenzaron a construir otro castillo. Comprendí que había aprendido una gran lección; gastamos demasiado tiempo de nuestra vida construyendo alguna cosa, pero cuando menos te lo esperas, una ola lo destruye todo, y solo permanecen la amistad, el amor, el cariño y las manos de aquellos que son capaces de hacernos sonreír.

jueves, 6 de enero de 2011

A veces cuando tienes que decir algo, cuando realmente es tu oportunidad, cuando tienes que hablar; te quedas callado, no te salen las palabras, es como si por un momento todos tus sentidos, todos tus órganos se parasen, como si tu corazón dejase de latir por un instante, un segundo, una milésima de segundo. Pero eso es suficiente para cometer otro error. Te quedas pensando en por qué te ocurre, pero la pregunta no es esa. La pregunta es: ¿Por qué solo con él?

sábado, 1 de enero de 2011

Gente, que no está a gusto con lo que es. Que tiene la nariz demasiado grande, los ojos pequeños, la boca muy abierta o los labios muy finos. Que es demasiado baja, o muy gorda. Que llega a rechazarse a sí misma simplemente porque ojos agenos lo hacen. Pero lo que importa es lo de dentro. Sí, importa si eres una golfa o una monja. Si lo quieres todo, o lo das todo. Si eres risueña, o extrovertida. Graciosa, sincera u oportunista. Si tienes un corazón de verdad o una fabricado con restos inútiles. Importa porque cuando tengas ochenta años, por dentro seguirás siendo tú, por fuera, una vieja con unas cuantas arrugas como todas las demás.